Cómo mantener una puerta de garaje

Cómo mantener una puerta de garaje

Las puertas de garaje tienen un funcionamiento que puede resultar sencillo a primera vista, pero lo cierto es que los mecanismos que hacen posible que una puerta de garaje se cierre y se abra correctamente requieren un mantenimiento periódico muy concreto. Para empezar, primero hay que distinguir entre las puertas automáticas (es decir, las puertas que se abren con un botón o a distancia a través de un mando) y las puertas convencionales (es decir, las puertas que solamente se abren de forma manual).

El mantenimiento de puertas de garaje más sencillo es, evidentemente, el de las puertas convencionales. Estas puertas no requieren excesivos cuidados más allá de su propio aspecto, ya que hay que tratar de que siempre mantenga un color brillante a pesar de la exposición directa a la luz solar (en el caso de que se trata de una puerta de garaje de exterior). Eso sí, lo que no puede faltar dentro del mantenimiento de estas puertas es la correcta lubricación de las partes móviles. Para que la puerta se pueda abrir y cerrar tal y como debe, el trabajo de mantenimiento tiene que incluir la lubricación de los mecanismos de engranaje que se desplazan el uno sobre el otro al desplazar la puerta.

 

Por otra parte, el trabajo de mantenimiento de puertas automáticas es mucho más complicado y requiere mucha más atención. Hay que garantizar que el motor encargado de abrir y cerrar la puerta dispone de la potencia suficiente para realizar este movimiento, ya que en caso contrario dicho motor se quemará con mucha frecuencia. Además, también hay que garantizar que reciba la cantidad de energía suficiente para funcionar correctamente. En el aspecto de la seguridad resulta fundamental revisar que todos los sistemas de bloqueo responden correctamente evitando que la puerta se pueda cerrar cuando hay algún objeto de por medio.